jueves, 16 de febrero de 2012

25 años no son nada


Este fin de semana pasado nos juntamos un grupo de compañeros que iniciamos juntos nuestra andadura universitaria allá por un septiembre de 1982. Algunos de nosotros no nos veíamos desde hacia casi 25 años, otros hemos tenido la suerte de mantener el contacto y convertirnos en parte de la familia, con otros hemos compartido algún rato y cervezas hace ya algunos años.

Recuerdo perfectamente mi primer día en la escuela. Yo acababa de salir de mi colegio de monjas al que sólo asistían niñas, ninguna de mis compañeras de aula había elegido la misma carrera que yo, así sólo  con mi carpeta y mis bolígrafos me enfrentaba a una nueva experiencia. Al principio tímida y cortada observaba a todo aquel que llegaba. Primero me fijé en las dos amigas, inseparables, una rubia y una morena, M.Pat y M.Loli,  seguras de sí mismas, altas, extrovertidas, llegaban se sentaban juntas, se iban juntas… luego había un tipo extraño de San Juan de Aznalfarache, periodista decía ser, que quería ampliar estudios, ( la verdad que duró poco en los siguientes años le perdimos la pista….).
Hacia la entrada se sentaban chico rubio, con sus gafas Ray Ban, cuando acababa las clases una morena de buen ver se acercaba y lo recogía… mi amigo Fran. Hacia el medio dos jovencitos uno alto y delgado con aires “ beatlelianos” tímido pero a la vez con mirada socarrona, de los que te intimidan en un principio, aunque cuando lo descubres te das cuenta que es un mero disfraz para ocultar un verdadero yo muy ,que muy sensible. Junto a él un tipo bajito, simpático con ganas de beberse la vida a sorbos… desgraciadamente aparcó los libros antes que nosotros, una pena, porque de seguro hubiera sido un gran profesional. Entre este grupo, una chica menudita, rubita con la misma apariencia tímida que yo, mi amiga Maribel y una morenaza  de pelo negro azabache Isa, con las que hilaría grandes lazos que llegan hasta hoy ....y cerca de la ventana una chavala resuelta, participativa abierta con un mundo ya experimentado que a mi me quedaba lejos, nuestra futura delegada de curso, y más adelante la sindicalista del grupo mi querida Salud.
Y entre  tantos del grupo 1L2 se encontraban también Tere , morenaza de ojos grandes, responsable, trabajadora, a la que más tarde descubri y ya mucho después llegamos a trabajar juntas al menos durante dos años en un colegio de Cádiz.

Pasando los días poco a poco ibas conociendo a gente las de Morón, Maribel y Marga, las de Marchena Espe , Carmiña y Rosario , de Benacazón Rosa , Valeriano que quedaba cerca, otro chaval del que no recuerdo el nombre también moreno, Inma rubia, espectacular, Quini siempre riéndose y fumando, en aquella época de luto por el fallecimiento de su padre… las del Viso M.Dolores y Ferru, Paqui, Concha, Luz Marina …Poco a poco Inglés y francés ( aunque unidos en el mismo aula, separados a la hora del idioma) nos fuimos conociendo, dos grupos, que al segundo año se mezclaron y al que se le unieron otros personajes importantes , Alfredo con sus bromas siempre pícaras, Rafa con sus poemas bajo el brazo, M.Luisa, el alma de la fiesta, una voz prodigosa que cantaba como los ángeles y hacia grupo con Pepe cuando este nos deleitaba con la guitarra. Jose Eugenio con sus juegos de grupo y canciones de campamento, M. Carmen siempre tan elegante y Javier , la gran Blanca, con su andar parsimonioso y derrochando bondad a raudales en un cuerpo grande grande y un corazón del mismo tamaño …, una rubia y una morena Ana Mª y Rosa, que el paso de los años la han hecho cada vez más guapa y esbelta. No nos podemos olvidar de nuestro “ Richard Gere” alto y moreno con un parecido extraordinario al real, que aun hoy cuando los años han ido marcando el camino ,sigue manteniendo ese parecido singular del protagonista Pretty Woman que a todas nos cautivó , ni de Manolo, que compartía su estudio con un trabajo en un banco , que abandonaría años después para dedicarse íntegramente a la enseñanza o nuestro Eliseo y su música, discreto, y silencioso, pero  siempre ahí. O a María que también formó parte especial en nuestro circulo y luego se separó sin saber muy bien porque.


Poco a poco comenzamos a crear nuestros vínculos: encuentros en el bar de la escuela, o en los patios , tras los exámenes o escapándonos de alguna clase aburrida aunque luego la conciencia no te dejara parar.

 Los Chivite, Doña Lola, D. Alberto, el de dibujo, Jose Luis el de Inglés, la de plástica Doña Adela  que tanto me hizo sufrir por lo manazas que era, menos mal que alguno de mis compañeros me echaban una mano y los trabajos presentados eran de su agrado.
 “ Lo veis” decía cuando explicaba algo, pero aquello no lo veía nadie y había que inventarse lo que ella quería, aunque si eras varón… le cogías antes el tranquillo que si lo que vestías eran faldas .  Y salíamos, o íbamos al cine  o quedábamos para la Feria, o a cenar o al campo a pasar el día, a la playa sólo niñas, a Portugal ya en Septiembre y para coronar nuestro fin de carrera.

Tres años maravillosos que fueron in-crecendo , dos grupos de clase que acabaron convertidos en uno solo, unos lazos fuertes que , con orgullo, después de casi treinta años obran el milagro del reencuentro. Un   “como decíamos ayer…” Esa fue la sensación que nos unió ese fue el sentimiento unánime, y mira que cada uno ha hecho su camino, gracias a Dios casi todos estamos trabajando en aquello que más nos gusta la enseñanza, cada uno tiene su familia y una mochila ya en la espalda cargada de responsabilidades y muchas ausencias que guardar. Pero ahí estamos unidos frente al tiempo, con la sonrisa dibujada y el sentimiento intacto, y eso no lo hace el momento, eso lo hace la fuerza que  nos unió ,esa llama, no se apagó entre los muros de una escuela, ya hoy desierta , sino que ha seguido viva a través de los tiempos.


GRACIAS Carmiña, Luz Marina, Esperanza R., M. Luisa, M.Pat, Mª. Loli, Fran, Salud, Rafa, Maribel , Isa, Paqui, Marga, Quini, J.Eugenio, Rosario, Blanca, Ana Mª., Inma,
Eliseo , Ramón, Pepe, Concha, Mª. Dolores … y todos aquellos que quisieron pero no pudieron.



Por ser y estar y poder obrar el milagro. Esperanza



jueves, 9 de febrero de 2012

LOS HIJOS Y LA VIDA

Familias felices. Padres, madres y niños
 Foto de archivo - 6024328




Después de tantos días de sequía vuelvo a enfrentarme e mis entradas en el blog, sobre todo falta de tiempo y dedicación a otras actividades ,  formativas y educativas, han sido la causa de mis ausencias.

Uno de mis amigos de la carrera, es un ser especial, siempre lo ha sido, no ahora que ya vamos camino del medio siglo, sensible, atento, intuitivo, con ese sexto sentido que siempre nos ha caracterizado a las mujeres, nada rudo, frágil.. esa clase de persona al  la que te dan ganas de achuchar continuamente. A pesar de que ya hace más de 25 años que nos conocemos, y que hemos tenido momentos más alejados que otros, puedo decir que es una amistad pura, sin reproches, sin exigencias, respetuosa… a través de las redes sociales y más concretamente Facebook, hemos retomado más nuestro contacto, y desde esa visión de ser especial que es, de vez en cuando lanza sus pensamientos en voz alta, unas reflexiones sencillas, pero de las que te mueven el corazón y te dibujan la sonrisa. Hoy quiero mostraros parte de él y compartir su sentir ante la vida y los hijos:



 "Algunas personas se empeñan en dirigir nuestras vidas. Así, si estás soltero, te preguntarán que para cuándo la novia. Si por el contrario ya tienes esa amiga con la que compartes sus sueños, procuran que estos se acaben para casarte lo antes posible. Si ya pasaste a ese nuevo estadio, te preguntarán que qué hace un matrimonio bien avenido sin un hijo. Y si acaso ya cumpliste con la madre naturaleza, te advertirán de la importancia del hermano para que los dos crezcan en plena armonía… Al final, de no poner alguna barrera ante tanto afán de hacerte el bien, acabarás viviendo la vida de nadie, la que ellos pensaron que era la cadena vital lógica.. Quizás, la que desearon para ellos y en algunos casos, no pudieron cumplir… 

Una de las experiencias más placenteras de mi vida ha sido compartir con mi hija idas y vueltas al colegio e instituto durante una década ya. Recuerdo cuando la vestía y le daba de desayunar, la metía en el coche en su sillita y como si fuera otra mochila más, allá que salíamos para el trabajo. Compartir coche durante tanto tiempo une muchísimo. Más, antes que ahora. Recuerdo que en el plátano que le metía en su bolsita junto al zumo, le escribía en la cáscara: “papito te quiere así de grande”. También dentro de los bocadillos metía alguna que otra nota alusiva a cuánto la quería. Ahora, entre el baño y las pinturas, le digo con cara seria:¿´Sabes? “Creo que te esperaré en el coche”. Cuando baja, tenemos tan poco tiempo para llegar al Instituto, que ambos nos jugamos el “parte” por la tardanza. “La culpa es tuya papá, por no haberme metido más prisa…” Y allá que salimos para el trabajo prometiendo que mañana será todo más rápido…
Pero si hay algo aún mejor que los ratos de coche, han sido las comidas solo entre los dos .” “Oh, oh, mamá ha salido .Creo que tú y yo vamos a comer juntos” Y allí que me ponía a hacer mil experimentos en la cocina para sacar algo decente para los dos. Ni qué decir tiene que no pasábamos del aprobado , pero nos divertíamos mucho. Ahora, cuando mamá no está, nos miramos los dos con cara de pícaros y decimos al unísono:¿Nos vamos al Burguer? Sí, sí y sí, y durante el tiempo que dura la comida, la noto cercana, próxima y muy accesible.
Es por ello, por lo que aún estando viviendo en pareja, siento que es recomendable tener tu lugar o espacio como padre o madre solo con tu hijo. Es necesario, fundamental para mí. Espero que esta propuesta de teoría no sea quemada en la hoguera por aquellos que me desean tanto bien.
Sé que no debo desperdiciar estos momentos, no puedo perderlos, simplemente, no quiero…"


Comparto totalmente lo expuesto y mi reflexión sobre ello:

 Yo tengo que repartir mi amor de madre entre tres maravillosas criaturas, distintos,gracias a Dios, entre sí, a las que hay que cuidar y mimar de manera diferente. Con la niña, por ser mujer, lo que más le gusta es que nos vayamos de tiendas juntas, a una gran superficie con muchas tiendas. Allí nos perdemos las dos, y cuando llegamos siempre decimos,¡esconde las bolsas que no las vea papá que va a decir que estamos locas! de esa manera complice y amigas disfrutamos del momento. Con el mayor, ya mayor de edad, comparto cervecitas, ¡nos vamos a tomar una cervecita juntos, o invítame a una rubia! y como amigos nos vamos los dos a por esa fria sensación, y entre una y otra llegan las confidencias, aunque ya con estas edades, cuentan lo que quieren, como también nosotros lo hicimos con los nuestros.
 El de en medio, más independiente que los anteriores, tiene su mundo particular, sus juegos, ordenador...pero a pesar de ser el más independiente, es el que te busca zalameramente para conseguir aquello que quiere, y te limpia la casa , te ordena, te da mil piropos para al final claro salirse con la suya, pero a mi me gusta y me dejo hacer, porque luego se abre, está contento y su cara se ilumina con la mejor de sus sonrisas¡ Ya me he ganado a mamá! y como una es débil, al final dejo que me coman terreno, pero esa complicidad, ese acercamiento es el que hace que hoy por hoy tengamos una gran confianza entre nosotros, y nuestros ratos buenos superan con creces a los enfados...y siempre anda papá alrededor nuestra...que estaréis tramando los cuatro ahora...

Luego aparecerán los teóricos de la educación y nos dirán lo mal que lo estamos haciendo, no se si bien o mal, si se que las dosis de cariño y de amor con las que intentamos criar a nuestros hijos, superan con creces las del desamor.